Entre ríos de canciones y fuegos de lucha: Eterna Inocencia celebra 30 años de resistencia
Después de tocar por casi todo el país y en varias fechas en Chile, Eterna Inocencia aterrizó en Santa Fe para sacudir Tribus con la potencia musical que los caracteriza, pero también con sus letras contestatarias y su costado más reflexivo, ese que conmueve hasta al más duro. La llegada se dio en un momento bisagra: el cierre de la gira por los 20 años de Las Palabras y los Ríos, su quinto material de estudio, y el inicio de otra gira nacional por los 30 años de la banda.
En estas tres décadas, Eterna Inocencia se erigió como un pilar fundamental del punk y el hardcore argentino y latinoamericano, así como de la contracultura y la resistencia de los años 90. Forjados en el “hazlo tú mismo”, ese movimiento contracultural surgido en los años 60 y 70 que el punk adoptó como forma de rebelión contra la producción masiva, el consumismo y las estructuras establecidas.
A lo largo de su existencia, la banda ha desarrollado un mensaje fuerte en defensa de la autogestión y de la independencia artística y económica. En sus letras también se pueden leer posicionamientos políticos contra el capitalismo, las injusticias y el poder. Todo esto sin perder la ternura ni el costado más melódico y reflexivo de la existencia humana.
Una vez bajado del escenario, con una bondad y generosidad asombrosa, Guille Mármol, cantante de Eterna Inocencia, nos habló de la propuesta musical de la formación quilmeña.
¿Cómo los recibió Santa Fe? ¿Cómo lo vivieron?
—Supercumplidas las expectativas. El reci estuvo relindo, cargado de emoción. La gente cantando un montón. Un poco lo que esperábamos después de tanto tiempo sin venir. De alguna manera se notó el reencuentro.
Canciones que abren puertas
Vienen girando hace un año presentando los 20 años de Las Palabras y los Ríos y, en ese marco, dieron varias entrevistas. Se notó un gran aprecio por parte de periodistas y público sobre el álbum. ¿Qué creés que tiene el disco que llegó al corazón del público?
—Es un disco que es técnicamente superior a los que lo precedieron. Es un disco donde se empieza a consolidar también lo que a la gente más le gusta, que son las letras de Eterna Inocencia. En este caso, además, amplían el espectro: no solo musicalmente, sino también cultural, histórico, sociopolítico, y permiten un abordaje más personal, existencial. Todo eso caló en la gente. Y me parece que lo que tuvo que ver con la composición de las letras me tenía supercompenetrado y, evidentemente, eso a la gente le impactó.
Es un disco del año 2004, y durante todo 2024 estuvimos presentándolo porque encontramos los demos del disco, las canciones en un cajón, previo a que fueran grabadas. Entonces nos pareció piola poder editarlas, así la gente veía la construcción previa de lo que después se grabó. Y con eso como motivo principal, decidimos armar una gira nacional para salir a presentarlo. Hoy se cerró esa gira acá en Santa Fe.
Y para ustedes en lo personal: ¿Qué significó Las Palabras y los Ríos?
—Nos abrió puertas, trazó una huella profunda en lo que es el género del hardcore y el punk. La gran mayoría de los registros que vemos marcan como una bisagra. A partir de eso, el mayor aporte que nos dio fue la base sobre la que después se compusieron los otros discos, en cuanto a tempos de batería más tranquilos. Hay muchas canciones que tienen un determinado ritmo que coincide con lo que empezamos a trabajar: Trizas de Vos, Mártires de Trelew, Viva Mis Caminos, te nombro algunas del disco que descubrieron todo un universo nuevo en cuanto a lo compositivo. Eso también lo aportó ese disco.
Hazlo tú mismo: ética y estética del punk
Eterna tiene una filosofía muy clara a la hora de llevar adelante el proyecto: la idea del “Hazlo Tú Mismo”. ¿Cómo surge y de qué trata? ¿Por qué decidieron hacerla bandera?
—Eterna Inocencia y una gran cantidad de bandas a mediados de los 90 —quizás antes también— empezaron a moverse bajo esos preceptos de hacer las cosas por ellas mismas: grabar su disco, producirlo, en cassette en su momento, en CD después. Es decir, apropiarse de cada una de las herramientas, inclusive de la difusión. Poder tener tu propia prensa independiente para divulgar, con el concepto del hazlo tú mismo como precepto fundamental aplicado a cada una de las esferas que tienen que ver con el desarrollo de un proyecto musical.
También en las letras de Eterna hay muchas referencias a la historia (Mártires de Trelew, Saludos a los Maquis, La Risa de los Necios, por nombrar algunas). ¿Por qué decidís poner el foco en esto?
—Tiene que ver con eso, con poder contarlo de una manera cargada de subjetividad, que es lo que te permite el arte, lo que te permite la historia como disciplina. Hay como mucho vínculo. Estoy cantando… a veces es muy automático, y yo te puedo decir que me he dado el lujo de pensar sobre el problema mientras estoy cantando. He llegado a ese punto. O sea, estar hablando de los mártires de Trelew, cantando Mártires de Trelew y estar pensando sobre el tema mientras canto. Así que imagínate… qué locura hasta dónde llegó el vínculo.( Se sonríe)
Ustedes nacieron en el año 95, en pleno gobierno de Carlos Menem. Hoy en día tenemos un presidente que reivindica esa época y busca emular sus políticas ¿Qué desafíos tiene el hardcore-punk en este contexto?
—Seguir construyendo en la diversidad, poder construir desde la solidaridad, desde la cooperación, que me parece que ahora son cuestiones que están quedando un poco relegadas y a nosotros nos dieron muy buenos resultados. Entonces insistir con eso. Me parece que eso es fundamental tanto para el hardcore como para el punk.
Treinta años después, Eterna Inocencia sigue navegando entre ríos de canciones y el fuego de la lucha, convirtiendo cada nota en una trinchera, en un acto de resistencia. Eterna es eso que dice: “una daga abriendo mi corazón”, y llenándolo de ternura, memoria y lucha por un mundo mejor.
Entrevista realizada por Mauri Andereggen de Panorama Noticias